Un número bastante elevado de lituanos llenan sus vehículos de combustible a expensas de su empleador en lugar de pagarlo de su propio bolsillo. No es ningún secreto que algunos conductores estafan a sus empleadores e idean diversas formas de beneficiarse a costa de engañarlos. El jefe de Ventas para África y Oriente Medio de nuestra empresa, Igor Poliščuk, nos cuenta algunos casos de robos de combustible.
Método de robo n.º 2
“Uno de los métodos más famosos y extendidos es el vaciado de combustible. Consiste simplemente en extraer el combustible del depósito, tanto en vehículos pesados como coches. A veces, para engañar al sistema, al extraer el combustible se levantan los amortiguadores de los camiones. Los conductores tratan de hacer que el camión se balancee y, mientras se balancea, se extrae el combustible que se encuentra en movimiento dentro del depósito. Es un caso más complicado y cuesta más detectarlo, pero gracias al uso de nuestro equipo, podemos gestionarlo”, afirma el especialista.
Con frecuencia, los conductores se hacen de manera fraudulenta con el combustible que vuelve del motor al depósito de combustible. Pero en este caso, no se trata únicamente de un robo, sino también de daños en la maquinaria. “Parece que es bastante complicado detectar dichos casos de fraude, porque el combustible ya se ha extraído del depósito, pero podemos ver la cantidad de combustible quemado en el motor. Si hay alguna diferencia, puede detectarse. No es seguro. Provocar daños en el vehículo puede resultar más perjudicial que un robo. Se han dado casos de este tipo”, recuerda I. Poliščuk.
También se encuentran planificaciones de robos más complejas y profundas. “En los vehículos se integran equipos adicionales que consumen combustible. Por ejemplo, puede ser un sistema de refrigeración con un compresor y su propio motor, o bien un sistema de calefacción Webasto. Con mucha frecuencia, los conductores acceden al sistema de alimentación de combustible y lo roban desde allí. En tal caso, debemos supervisar las denominadas horas del motor y observar cuántas horas estuvo realmente en funcionamiento el equipo”, añade I. Poliščuk.